La punción seca es una técnica terapéutica que utiliza agujas finas, similares a las de acupuntura, para tratar puntos gatillo miofasciales, que son áreas de contracción muscular localizada que pueden generar dolor crónico, limitación de movimiento y afectación funcional. Estos puntos gatillo suelen ser el resultado de lesiones, sobrecargas musculares, estrés o posturas incorrectas, y su tratamiento a través de punción seca tiene como objetivo aliviar la tensión acumulada en los músculos, liberando las fibras musculares y restaurando su función normal.

El procedimiento consiste en insertar una aguja fina en el punto específico de la zona afectada, sin inyectar ninguna sustancia, de ahí el término "seca". La acción de la aguja provoca una respuesta local en el tejido, lo que genera un espasmo o contracción del músculo, seguido de un proceso de relajación. Este fenómeno es conocido como "respuesta de desencadenante", y se cree que facilita la liberación de endorfinas, que son analgésicos naturales del cuerpo, lo que contribuye a reducir el dolor y a mejorar la circulación sanguínea en la zona tratada.