Alivio rápido, reparación profunda.
La terapia con ondas de choque es un tratamiento no invasivo que utiliza ondas acústicas de alta energía para generar un efecto terapéutico en los tejidos dañados, promoviendo la curación y aliviando el dolor. Este tipo de terapia es ideal para tratar una amplia gama de problemas musculoesqueléticos y patología crónica, especialmente aquellos que no responden bien a otras terapias convencionales. Las ondas de choque pueden aplicarse en diversas intensidades y frecuencias, lo que permite personalizar el tratamiento según las necesidades específicas de cada paciente.
Este tratamiento tiene un efecto biológico directo sobre los tejidos, estimulando la regeneración celular, promoviendo la circulación sanguínea, aumentando el metabolismo local y favoreciendo la eliminación de sustancias inflamatorias o tóxicas en la zona afectada. Es particularmente eficaz en el tratamiento de patologías como la tendinitis crónica, fascitis plantar, espolones calcáneos, calcificaciones y otras lesiones musculares.
Por ejemplo, un paciente con espolón calcáneo, que experimenta dolor intenso al caminar, puede ver una mejora significativa en su condición después de varias sesiones de ondas de choque. Al aplicar las ondas acústicas en la zona afectada, se disuelven las calcificaciones y se estimula la reparación del tejido afectado. Asimismo, en lesiones deportivas como la tendinopatía rotuliana o epicondilitis (codo de tenista), la terapia con ondas de choque ayuda a reducir la inflamación, acelerar la recuperación y restaurar la funcionalidad de los músculos y tendones. Además de su efectividad en la regeneración de los tejidos, las ondas de choque también son útiles en la disolución de fibrosis o adherencias postquirúrgicas y en la mejora de la elasticidad de los músculos y tendones. Incluso se emplean en pacientes con dolor crónico de origen desconocido, ya que ayudan a restaurar el equilibrio y la funcionalidad del sistema musculoesquelético.
El tratamiento con ondas de choque es rápido y relativamente cómodo. Aunque se puede experimentar una ligera incomodidad durante la aplicación de las ondas, el proceso no suele ser doloroso y no requiere anestesia. Cada sesión dura entre 10 y 20 minutos, y el número de sesiones varía según la condición tratada y la respuesta del paciente, siendo común entre 3 y 5 sesiones, aunque en casos crónicos puede extenderse un poco más. Las ondas de choque no solo ofrecen alivio del dolor, sino que también pueden complementar otros tratamientos como fisioterapia, rehabilitación o ejercicios terapéuticos. Gracias a sus efectos regenerativos, se ha convertido en una opción muy valorada en la fisioterapia deportiva, ortopédica y en el tratamiento de patologías dolorosas de larga duración A largo plazo, los pacientes que reciben terapia con ondas de choque suelen experimentar una disminución significativa de su dolor, una mayor amplitud de movimiento y una mejora en su calidad de vida, pudiendo regresar más rápidamente a sus actividades diarias o deportivas.
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