Más movilidad, menos dolor.
El masaje deportivo es una modalidad terapéutica especialmente diseñada para atender las necesidades físicas de los deportistas, tanto profesionales como aficionados, y de aquellas personas que practican actividad física regularmente. Este tipo de masaje utiliza una combinación de técnicas manuales que incluyen fricción, amasamiento, presión y estiramientos, y se aplica de manera personalizada según la actividad física que se haya realizado y el objetivo terapéutico buscado.
Una de las principales ventajas del masaje deportivo es su capacidad para prevenir lesiones. La tensión muscular acumulada, los movimientos repetitivos y las exigencias del entrenamiento pueden generar contracturas, inflamaciones o puntos gatillo, que si no se tratan adecuadamente, pueden derivar en lesiones más graves. El masaje deportivo ayuda a liberar esas tensiones, mejorando la circulación sanguínea, el aporte de oxígeno y nutrientes a los músculos y tejidos, lo que reduce el riesgo de lesiones y mejora el rendimiento en futuras actividades.
Este tipo de masaje también es ideal para acelerar la recuperación después de una competición o entrenamiento intenso. Tras un esfuerzo físico elevado, los músculos tienden a acumular desechos metabólicos, como el ácido láctico, lo que puede generar fatiga y dolor muscular. A través de técnicas de drenaje y estimulación muscular, el masaje deportivo favorece la eliminación de estos productos de desecho y promueve la relajación muscular, reduciendo la inflamación y acelerando la recuperación. Por ejemplo, un corredor que ha realizado una carrera de larga distancia puede beneficiarse de un masaje deportivo posterior para reducir la rigidez en las piernas y prevenir calambres.
En el tratamiento de lesiones deportivas agudas o crónicas, el masaje deportivo también juega un papel fundamental. Si bien no reemplaza un tratamiento médico, puede aliviar el dolor y la inflamación de lesiones comunes como esguinces, tendinitis, distensiones musculares y sobrecargas. A través de la manipulación de los tejidos blandos, se puede mejorar la movilidad y reducir la rigidez en áreas afectadas por estas lesiones. Además, al mantener los músculos en un estado óptimo de flexibilidad y relajación, se favorece la correcta curación de los tejidos dañados y se mejora la función muscular a largo plazo. Las sesiones de masaje deportivo tienen una duración variable, dependiendo de la zona a tratar y los objetivos del paciente. Pueden oscilar entre 30 minutos a 90 minutos, y en algunos casos, pueden realizarse en sesiones regulares o según las necesidades particulares del deportista. Durante las sesiones, el fisioterapeuta puede recomendar estiramientos complementarios, ejercicios de fortalecimiento o pautas de descanso para optimizar la recuperación.
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