Aguja + corriente para una recuperación más eficaz.
La electropunción es una técnica terapéutica innovadora que combina los principios de la acupuntura tradicional con la electroterapia moderna. Este tratamiento consiste en la aplicación de pequeños impulsos eléctricos a través de agujas colocadas estratégicamente en puntos específicos del cuerpo. Al integrar la estimulación eléctrica con la precisión de la acupuntura, se logra una mayor activación de los tejidos profundos, potenciando los efectos analgésicos y regenerativos.
La electropunción es especialmente efectiva para tratar una amplia gama de problemas musculoesqueléticos y neuromusculares. Es ideal para aliviar dolores agudos o crónicos, liberar contracturas musculares persistentes, mejorar la circulación en zonas lesionadas y promover la regeneración de los tejidos dañados. Por ejemplo, en el caso de una persona con lumbalgia crónica, la electropunción puede reducir significativamente el dolor y la rigidez, ayudando a mejorar la calidad de vida. Otro ejemplo sería su uso en pacientes con neuropatías periféricas, donde la técnica ayuda a estimular las fibras nerviosas y mejorar la sensibilidad.
Además, esta técnica también es útil para tratar puntos gatillo dolorosos, es decir, áreas musculares con tensión acumulada que pueden causar dolor local o irradiado. Por ejemplo, un deportista con dolor irradiado hacia el brazo debido a un punto gatillo en el músculo trapecio puede experimentar un alivio rápido tras la aplicación de electropunción en la zona. Otro campo de aplicación es en la rehabilitación postquirúrgica, como en casos de artroscopia de rodilla, donde se busca acelerar la recuperación de tejidos blandos y reducir la inflamación. La intensidad de la corriente eléctrica y el tiempo de aplicación se ajustan cuidadosamente según las necesidades del paciente y la patología tratada. Durante la sesión, el paciente puede sentir una leve sensación de hormigueo o contracción en el área tratada, pero el procedimiento es generalmente bien tolerado y no invasivo en términos de incomodidad.
En cuanto a los beneficios, la electropunción no solo actúa directamente sobre los músculos y nervios afectados, sino que también tiene efectos sistémicos. Promueve la liberación de endorfinas, lo que contribuye a reducir la percepción del dolor, y mejora la oxigenación de los tejidos gracias a la estimulación de la microcirculación. Este enfoque holístico permite abordar tanto las causas físicas del dolor como los efectos secundarios asociados, como el estrés o la falta de movilidad. Las sesiones de electropunción suelen durar entre 20 y 40 minutos, dependiendo de la extensión de la zona tratada y la gravedad de la afección. Es importante destacar que el número de sesiones necesarias varía según el caso, aunque muchas personas experimentan mejoras significativas desde las primeras aplicaciones. Además, este tratamiento puede complementarse con otras técnicas de fisioterapia, como masajes terapéuticos, ejercicios específicos o estiramientos, para maximizar sus efectos.
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